Milagro en San Sebastián

Este año la hermandad del Amor adelantaba notoriamente su hora de salida respecto a otros años y decidía iniciar su desfile procesional a las siete y cuarto de la tarde adelantando también su hora de entrada en Carrera Oficial. Esta hermandad ha aprovechado el vacío que ha dejado la hermandad de Coronación con su decisión de no bajar al centro de la ciudad y, por primera vez en muchos años, era la primera en acceder al Paseo de Almería.

Pero antes de todo eso la hermandad iniciaba su desfile procesional desde la Iglesia de San Sebastián a una hora tempranera. La calle Alcalde Muñoz a la hora de la salida no ofrecía el aspecto de otros años en cuanto a público se refiere. Unos minutos antes de las siete y cuarto, las puertas de la fachada lateral del templo se abrían y dejaban ver la cabecera de la hermandad, que aguardaba el momento de salir a la calle.

La cruz de guía, acompañada por dos faroles, salía a la calle seguida de los sudarios con las estaciones del Vía Crucis, elemento tradicional de esta cofradía y que mantiene desde sus orígenes. A continuación, los niños de la cofradía portando la corona de espinas, el libro de reglas y los clavos de la cruz, salían también del templo precediendo al primero de los pasos de la cofradía, el del Santísimo Cristo del Amor.

Francisco Romero, capataz de este primer paso, fue dando órdenes a su cuadrilla para encarar la puerta lateral de San Sebastián y, con delicadeza, avanzar para sortear la misma y poner al crucificado de esta cofradía en la calle. La Banda de Cornetas y Tambores Santa Cruz acompañaba musicalmente a la cuadrilla.

Tras el paso del Cristo del Amor, asomó por la puerta la bandera de la hermandad escoltada por dos faroles y seguida por algunos nazarenos, que ha sido la principal carencia de la hermandad del Amor este año.

En la presidencia de la Hermandad pudimos ver al Concejal de Seguridad Ciudadana, José Carlos Dopico, junto al Hermano Mayor y Consiliario de la cofradía, precedidos de las mantillas que procesionaron con el Primer Dolor.

A continuación fue la voz de Emilio Salvador, el capataz del paso de palio, la que se escuchaba dirigir a sus costaleros para situar a la Virgen del Primer Dolor frente a la puerta y comenzar la maniobra de salida. El paso se acercó al dintel a los sones de la marcha Virgen del Valle que interpretaba la Agrupación Musical "Santa Cecilia" de Sorbas. La cuadrilla se fue un poco a tierra, y superó la puerta arrancando de nuevo los aplausos del público que se congregaba a las puertas de la iglesia.

La Agrupación musical "Santa Cecilia" de Sorbas, acompañante musical de la Virgen del Primer Dolor, continuó interpretando sus piezas musicales y los costaleros del paso de palio comenzaron a mecer a la Señora al compás de cada marcha.

El cortejo abandonó la calle Alcalde Muñoz, tras escuchar las saetas que se cantaron desde el balcón de la concejalía de Turismo y que contaron con la presencia del alcalde, que realizó una levantá, y otros concejales en la puerta del edificio, e inició el recorrido por calles de su barrio como Argollones, Murcia, María Guerrero o Granada.

A la altura del bar Capitol los pasos de la hermandad del Amor fueron también cantados por saetas. La Peña El Morato organiza todos los años una muestra de saetas y establece los puntos en los que se va a cantar a las hermandades. Así que en este lugar del recorrido sí que se notó la presencia de algo más de público. Primero al Cristo del Amor y, después, a la Virgen del Primer Dolor, luego la hermandad buscaría la Puerta de Purchena para introducirse en el casco histórico de la ciudad.

Tras desfilar por la calle Real y por la Plaza de la Virgen del Mar, la hermandad del Amor entraba a Carrera Oficial a las diez y cuarto de la noche. En este tramo la hermandad puso de manifiesto que pasa por horas bajas aunque también demostró que ilusión no les falta y que aún queda gente con ganas de trabajar. El público congregado en el paseo respondió a la procesión con aplausos y reconoció el magnifico trabajo de las dos cuadrillas que costaleros.

Posteriormente, la Hermandad del Amor dirigió sus pasos hacia su templo de San Sebastián. A la iglesia llegó rozando la medianoche poniendo así fin a un desfile procesional que dejó un sabor agridulce en los propios hermanos. Ni siquiera el tradicional encuentro de los dos pasos de la hermandad a las puertas del templo llegó a celebrarse.

Fuente: Ideal

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