Recordando crónicas: El viento hizo más dolorosa la estación de penitencia de Los Ángeles.

Por segundo día consecutivo tenemos que comenzar la crónica procesional hablando del indeseado elemento meteorológico al que tanto temen las Cofradías: el viento. Cuando a las 17.15 horas se abrió el portón de la parroquia de Nuestra Señora de Los Ángeles, Eolo descargaba sus pulmones sin piedad sobre Alme-ría. Nazarenos, mantillas e incluso la Asociación Musical ‘Virgen de las Mercedes’ de Oria y ‘Los Iris’ de Instinción empezaron a sentir la molestia del viento.

Tras el tradicional recorrido por las calles del barrio, la comitiva llegó a calle Diamante, donde se halla la casa de hermandad de la Cofradía. Allí les esperaba María Santísima de Los Ángeles con toda su candelería encendida, único momento de la procesión en que pudo contemplarse dicha escena.

Se suma la Virgen.

Eran las 17.45 horas cuando el anterior hermano mayor, Pedro Martínez, dio los tres golpes de protocolo en el portón. Éste se abrió, la Virgen salió a la calle y enseguida comenzó una intensísima lluvia de pétalos de flores, que hizo que los centenares de fieles allí congregados prorrumpìeran en un fuerte aplauso. Un año más, el hermano mayor, Paco Salas, actuaba de capataz, siendo los contraguías los populares Jose, Francis y Cañabate.

Bellamente ornamentada con flores blancas naturales y de cera, la Virgen de los Ángeles lucía una toca de estreno. También nuevos eran los 20 juegos de varas que portaban los componentes de la Junta de Gobierno.

Tras la primera revirá para ganar la calle Turquesa, puntual como todos los años, allí estaba María del Mar Canet para desgarrar la ventosa e incómoda tarde con la saeta que cantó desde un balcón con su habitual maestría y entrega. Algunos fieles entregaban un ramo de flores al capataz en las paradas para que fuese depositado sobre el trono de la Virgen. Y el cortejo procesional continuaba se recorrido hacia carretera de Granada.

La tradicional foto de la procesión cruzando la Rambla ante la espectacular fuente que separa carretera y calle Granada no pudo realizarse este año ya que el fuerte viento aconsejó cortar el agua de la fuente. El año que viene será.

La procesión se comprimió para entrar en calle Granada. Los 190 nazarenos, ataviados con su indumentaria azul celeste, las 45 mantillas, luchando a brazo partido contra Eolo, y la inquieta guardería, que comenzaba a necesitar ‘avituallamiento’ materno de agua y ‘chuches’, se juntaron para entrar en calles más angostas.

Les esperaba las tradicionales ofrendas de las cofradías de El Amor y la Soledad; y a las 21 horas en punto, la petición de venia para entrar en Carrera Oficial. Y hacia ella se dirigió la procesión.


Texto: José Luis Laynez en La Voz de Almería.
Foto: Juan Sánchez.

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