Adolfo González Montes, Obispo de Almería: "Las cofradías están haciendo las cosas bastante bien"

El pasado 22 de noviembre el Diario de Almería publicó una entrevista en profundidad realizada al Obispo. 

-¿Qué ha supuesto para la iglesia la llegada del Papa Francisco? 

-Pues la sucesión en el ministerio de Pedro. A lo largo de los últimos 250 años, el relevo de los papas demuestra la gran altura intelectual del Pontificado Romano, es para pensarlo. Que de los últimos que hemos conocido, dos sean santos y uno ya es beato. San Juan XXII y San Juan Pablo II y el beato Pablo VI. El papa Francisco llega detrás de un gran pontífice como Benedicto XVI, una cabeza absolutamente privilegiada, protagonista del concilio. Tenía una tarea muy compleja y ha afrontado, y esto es novedoso en el sentido positivo que la sociedad civil ya ha evaluado, reformar la iglesia de la manera más acorde con los tiempos. Una reforma que se refiere sobre todo a la curia de la Santa Sede, que esté al servicio de los obispos, para hacerla más transparente, sanear el flujo económico que pocas veces tiene superávit y que no sirva nunca el banco vaticano para la salida de dinero no controlado. Creo que ahí el papa ha puesto un gran empeño, pero Benedicto XVI ya había elaborado las normativas y criterios con los que se tenía que operar y había hecho la radiografía de la situación. 

-No sé si será sólo por el marketing, pero me da la sensación de que la marca vende más que nunca y el Papa Francisco ha traído un nuevo tiempo a la iglesia... ¿y ha tenido reflejo en la española? 

-Él ha tenido una aportación muy grande y nunca la ponderaremos lo suficiente que es establecer un puente de comunicación y contacto con la sociedad civil que lo ha hecho magníficamente. Y eso es lo que le ha llevado a una mayor sintonía. Pero habría que valorar si la opinión pública conoce en profundidad los mecanismos y cambios de la iglesia. Los obispos españoles están enormemente volcados en el servicio de la iglesia, no creo que no haya un deseo sincero de reformas y mejora del funcionamiento para servir al pueblo de Dios y a la sociedad. 

- Volviendo a la crisis de valores de los jóvenes y aparcando lo educativo, ¿no cree que se deba también al materialismo? 

-El hecho de que tengamos hoy, a propósito de la sexualidad, la situación que tenemos no es por generación espontánea y ha pasado también con el aborto. Se ha dicho vamos a hacer esto para reducir los abortos y ahora hay más. Dijeron vamos a impartir educación sexual en la escuela y ya no habrá embarazos indeseados y ahora hay más. Algo se ha hecho mal, por qué no se paran a pensarlo. Lo que pasa es que la Iglesia se mantiene firme con sus criterios y no se doblega fácilmente. 

-Sobre el aborto, ha repetido en numerosas ocasiones que por mucho que cambien la legislación nunca será un derecho... 

-No es un derecho. No puede ser un derecho suprimir la vida de un ser humano en gestación. La ecología es ecología integral como recuerda el Papa Francisco en la carta Laudato Sí. La preservación de la vida humana, su custodia y conservación forman parte de la ecología integral. 

-En esa encíclica Laudato Sí reconocen el gran desajuste internacional entre norte y sur. ¿Qué hace la Iglesia para invertirlo? 

-La Iglesia es la primera en defender los derechos de las personas y los pueblos en los foros internacionales. No hace tanto que se ha izado la bandera del Vaticano en las Naciones Unidas. Lo primero es eso, prestarle la voz a los que no la tienen, y después denunciar los desajustes terribles del comercio internacional. La iglesia está presente en el sur no como una ONG más porque también está evangelizando y una manera de entender la sociedad a la luz de nuestra fe. 

-Los partidos de la oposición en la capital han pedido que se acaben los privilegios, como el del IBI, para la Iglesia. ¿Qué le parece? 

-Les recordaría que tenemos los mismos privilegios que los partidos políticos, los sindicatos y las otras confesiones religiosas, no sólo la iglesia católica. Los acuerdos españoles son un ejemplo para otros países porque son la garantía del ejercicio de la libertad religioso de los católicos. Todo lo que sea lucrativo, como comercio y explotación económica, no tiene que tener ningún privilegio, pero para el culto no lo entiendo. 

-No dejan de ser cuestiones que suenan más cuando se acercan las elecciones, ¿da votos el laicismo cuando es más beligerante? 

-Todo esto lo dicen cuando están próximas las elecciones. Pues yo no entiendo que puede ser una España laica. La que tiene que ser aconfesional es la administración del Estado, el Gobierno. Como suelo decir de una manera jocosa, la sociedad será lo que la sociedad quiera ser, según los grupos sociales que la configuran, y puede ser católica, ortodoxa, mediopensionista o atea. Que significa que queremos una España laica que nos van a imponer una ideología, que me va a hacer que me meta la cruz en el bolsillo y no la saque nunca más. Me quieren decir eso, pues empiecen con una piqueta a derribar la Catedral. Es que son concepciones beligerantes, impropias de una sociedad moderna que tiene que tender a la apertura y a ser pluralista. Ahora quieren prohibir a las autoridades públicas ir a los actos religiosos. Como ciudadanos primero y después como políticos tienen el derecho de ir a cualquier acto y es estupendo que el alcalde esté con la comunidad musulmana en la fiesta del cordero. Esa obsesión anticlerical española es incomprensible. 

-Cuando llega la Semana Santa suele recordar que es mucho más que folclore. ¿En Almería se está enfocando bien por las cofradías? 

-Les he invitado siempre al mundo de las cofradías en su conjunto, que son una magnífica plataforma de acción evangelizadora, a que no utilicen la Semana Santa sólo en función del patrimonio del carácter cultural y en función del tipismo y la estética aunque esos valores se tengan en cuenta. Que no pierda el significado religioso porque entonces se destruye la Semana Santa. Por tanto, hay que armonizar y suele haber consenso. Tenemos una buena relación y mis orientaciones encuentran calado. Las de Almería están haciendo las cosas bastante bien. Han hecho un gran esfuerzo en renovación de estatutos, por lo menos una treintena con el trabajo jurídico que conlleva, en cuanto al uso de imágenes, la ornamentación, con un mayor contacto con nosotros en las comisiones y en la regeneración de mandos. Sin embargo, mantengo y lo digo de corazón que sería una pena perder la carrera oficial supeditada al tipismo de las calles estrechas y de la vieja ciudad. 

-¿Qué hace en su tiempo libre? 

-Principalmente leer y pasear. Me gustaría disfrutar de más tiempo para escuchar música. Soy amante de los clásicos. Llega la Navidad y me propongo escuchar los oratorios de Bach, pero siempre tengo cosas que hacer.


Entrevista de Iván Gómez al Obispo de Almería en el Diario de Almería.
Primera parte de la entrevista AQUÍ

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